Seguro que todos tenemos un conflicto con algún amigo o alguien de nuestra familia y lo hemos dejado pasar sin plantearnos una solución.
A veces es porque esperamos que la otra persona de el primer paso, ya que pensamos que es quien tiene la culpa.
Pero si realmente es importante para nosotros, eso no debería suponernos ningún inconveniente.
Un conflicto surge porque hay diferentes objetivos e intereses.
Lo más importante para poder llegar a solucionarlo es ir con la intención de resolverlo.
Intentar ponerse en el lugar del otro puede ser muy difícil, pero todos somos capaces de ser empáticos.
Es recomendable un lugar tranquilo, sin ruidos y disponer del tiempo necesario, escucha con atención todo lo que te digan y no saltes siempre a la defensiva, recordemos que nuestro objetivo no es buscar un culpable.
Lo más importante: piensa y luego actúa, no te precipites.
No hay comentarios:
Publicar un comentario