El pasado martes 14 en la clase de educación para la ciudadanía el profesor nos trajo una caja y nos dijo que sin lo que había dentro no podíamos ser completamente feliz.
Según él, ninguno de nosotros podría sentirse bien sin lo que había en esa caja.
Pusimos música y en silencio uno por uno fue acercándose a ver que es lo que había dentro, cuando Jose María abrió la caja nos la puso justo en frente de nuestro rostro, porque lo que había era un espejo en el que nos reflejábamos.
A la conclusión a la que he llegado después de estar reflexionando, es que sin nosotros mismos no podemos ser felices, si nosotros no nos sentimos bien y agustos tal como somos, por muy bien que vayan las cosas alrededor no vamos a conseguir ser feliz, porque tienes que empezar siéndolo tú.
También estuvimos hablando de la amistad, de las personas que hacen favores simplemente porque quieren ayudar y les apetece y que encuentran recompensa con la felicidad de dar a los demás, a otras sin embargo, que los hacen esperando a que cuando ellos estén mal se los devuelvan, que luego puede que no sea así.
Si haces algo por alguien es porque realmente quieres hacerlo no por esperar nada a cambio.
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